Se cree que los millennials serán los que tendrán la participación estelar durante las próximas elecciones, pues representan casi el 40% del total de la lista nominal; aunque es muy pronto para afirmar que esta joven generación será quien defina la administración de los siguientes 6 años.
Muchos apuntan que su apatía política los mantendrá lejos del ejercicio electoral, aunado a eso pesa demasiado en ellos la poca credibilidad que les inspira la clase política, pues por lo menos durante 3 sexenios se han dado cuenta que sin importar que ‘cambies de bando’, siempre se obtiene el mismo resultado.
La política todavía sigue muy excluida de los medios digitales, lugar donde los millennials sin lugar a duda empoderan. Como prueba de ello, están los millones de pesos invertidos por el actual poder ejecutivo, quien se dedicó a robustecer los bolsillos de las televisoras abiertas, y fue mínimo el porcentaje que designó en publicidad digital.
Por su parte, los candidatos presidenciales hicieron un esfuerzo por ampliar su campaña a las redes sociales. Esta es la primer elección presidencial que se sigue mayormente por Facebook y Twitter; no obstante, todavía nos quedan mucho a deber.
La corrupción en miras de los jóvenes
En la época del pleno apogeo del PRI y con la influencia aún viva de la televisión abierta, los escándalos de corrupción eran más fáciles de olvidar. Durante este sexenio las cosas cambiaron radicalmente; lo vimos con el sismo del pasado 19 de septiembre, en donde las televisoras ya no pudieron limpiar los desastres del gobierno y las redes sociales fueron un eco de evidencia.
¿Y qué hay de los demás actos de corrupción? Estafas millonarias y un nuevo aeropuerto con un turbio papeleo e infraestructura fallida. ¿Qué opinión genera en los jóvenes? El hecho de que esta generación sea la más perjudicada en su situación laboral, -ejemplo de ello que la ley ya no tiene el efecto de proporcionarles no sólo los derechos básicos como trabajador, sino que les ha arrebatado la posibilidad de tener una vejez digna al privarlos de la pensión- es razón para volverse más responsables de sus actos y pensar mejor su voto.
Sin duda, se espera que los jóvenes millennials que vayan a ejercer su derecho al voto este 1ro de julio, lo hagan teniendo presente las malas decisiones que han tomado los gobiernos anteriores, hoy se convierten en un gran obstáculo para aquellos que no pertenecen a la clase privilegiada, de llevar siquiera una vida digna.
Habrá que esperar hasta el día de las elecciones para medir la efectividad del marketing político en los millennials, para saber si acudieron a votar o hicieron como si se tratase de cualquier domingo más. En caso de que la apatía predomine en ellos, será una clara evidencia que los políticos mexicanos siguen fracasando, y no logran cautivar a esta generación sumamente particular.